En la arquitectura existe el concepto nacido en los años 20 y 30 de la nueva objetividad que define la arquitectura moderna en la simplicidad de la forma y la funcionalidad del espacio. Llevado al extremo ante la demanda de viviendas y presentado frente a la CIAM (Congrès International d’Architecture Moderne) en 1929 por el Arquitecto Ernst May y con el diseño de cocina modulada minimalista de Grete Schütte-Lihotzky, que logran convertirse en los prototipos a seguir de funcionalidad y distribución espacial.
Ahora bien, extrapolando dicha practica de diseño de aprovechar al maximo un espacio de la manera más inteligente y funcional de distribuirlo al día día del hombre común, podemos dislumbrar otras aplicaciones en lo que a manejo del tiempo se refiere.
Asi como en un apartamento sus metros cuadrados disponibles sin inmutables, el tiempo de un individuo para cualquier actividad es, en esta metafora, tambien inmutable. Quiere decir que lo que podemos afrontar, resolver, o manejar durante un día promedio es cuantificable a una medida tiempo laboral.
Entonces nos encontramos diariamente con la decisión de como ejecutar X o Y actividad en T tiempo y a pesar de que nos debiera alcanzar el tiempo, siempre salen imprevistos e interrupciones y terminamos buscando salidas rapidas, o errores en la orden o informacion suministrada, simplemente dando excusas para robarnos mas tiempo. Esto se identifica como la ley del menor esfuerzo.
A diferencia de este comportamiento que se le puede atribuir a cualquier pueblo de cualquier nación, está lo que denomino la ley del funcionalismo. A diferencia a la ley del menor esfuerzo, el funcionalismo busca la manera más rápida de hacer eficazmente una actividad. Mientras en el menor esfuerzo se preguntan «Como puedo evitar hacer esto?» el funcionalismo se pregunta «Cómo lo puedo hacer más rápido?».
Esta forma de pensar abre el compás para un sin numero de investigación y lectura par ejecutar la tarea que se afronta; que incluso puede hasta tomar más tiempo de lo que la actividad en cuestión requiera. Sin embargo, una vez se adquiera un nuevo conocimiento para ejecutar una actividad ya queda para la próxima vez que se requiera.
Por ende eviten el status quo al hacer las cosas como otros o incluso como uno mismo siempre las ha hecho, como bien dice el refrán «Hay mil formas de pelar un gato» siempre analicen como pueden hacer lo mismo, mejor y más rápido.