Sea cual sea el método de transporte que utilices para movilizarte a diario, de una forma u otra, te verás afectado por este síntoma de ciudad aglomerada y mal planificada conocido como tranque, trancón, embotellamiento, etc.
Podría enumerar mil y un razones del por qué, cómo y cuándo se generan estas hemorroides urbanas. O bien, ponderar ideas creativas de cómo solucionar este problema, con ciudades satélites, trabajos remotos, súper trenes y hasta drones personales. Sin embargo, quisiera comentarles sobre las virtudes encontradas dentro de un tranque.
Cuando se habla de ejercitarse, automáticamente se ajusta el pensamiento y se predispone el cuerpo a sufrir una inconformidad programada por un bien posterior. Para muchos ejercitarse es fácil, un poco de disciplina para entrar a la rutina y listo. Otros luchan un poco más y hay días que deciden no ejercitarse sin mayores consecuencias. No obstante, nadie se programa para ejercitar valores y virtudes. Más bien, se asume la teoría de su práctica y se espera a que la oportunidad se aparezca para ejercerla. Ejemplo de esto sería el buen cristiano promedio, que daría su limosna de domingo pre-programada. Haría actos de caridad premeditados y aunque con grandes consecuencias para el beneficiario del gesto, sin mayor efecto en el enriquecimiento espiritual del feligrés.
Pero cuando salimos al tranque, es el equivalente al despertarse en una maratón de vida o muerte. Una estampida de supervivencia al final del periodo cretácico. Donde al parecer todo vale, siempre y cuando no te atrapen. Sin darnos cuenta que del otro lado de la moneda, tenemos la mágica oportunidad de aceptar la inconformidad pasajera y ejercitar nuestros valores y virtudes.
Por mencionar los más básicos, comienzo por la más obvia:
- Paciencia. Su definición tomada del Wikipedia: Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que las cosas que no dependan estrictamente de uno, se les debe otorgar tiempo.
Esta virtud se explica sola, es un acto interno de auto-control y de dominación de los impulsos.
- Caridad: es una virtud que aunque practicada en su mayoría por cristianos puede ser ejercida por cualquiera. Con este fin adjunto su definición no eclesial para generalizar: Es la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión.
Muy fácil de practicar en medio de un tranque, dando paso a un vehículo o un peatón, dando limosna, o simplemente diciendo buenos días a las damas del aseo que seguro vemos todos los días.
- Tolerancia: La tolerancia es un valor moral, que se basa en el respeto hacia la otra persona que es diferente de lo propio. La palabra proviene del latín tolerantĭa, que significa ‘cualidad de quien puede aceptar’
Muchas veces se nos presenta la sorpresa de practicar este valor y en un micro segundo nuestro cerebro imparte un juicio y la balanza se desploma hacia el anti-valor que es la ira. Alguien nos tiró el carro, no nos dejaron cruzar la calle, el bus no paró. Ira. Cada vez que sientan ira por alguna injusticia hecha a su persona, sepan que siempre está la opción de ejercitar la tolerancia.
- Humildad: Tomado de Wikipedia: Miguel de Cervantes dice en Coloquio de los perros que:
“La humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea.”
No somos perfectos, por más que salgamos mañana a decir que seremos mejores, siempre va a existir un taxista en un Picanto que sabe más que todos y cuál globo lleno de aire caliente explotamos en ira, incongruencias y vulgaridades. Es normal, somos humanos. La humildad es la virtud que nos recuerda esta realidad y aceptando que hemos fallado, volvamos a encaminarnos en el ejercicio de los valores.
Para finalizar, teorizando un poco: Los vehículos motorizados son una herramienta, son los conductores que sin darse cuenta revelan a todas luces su decadencia humana y espiritual a la hora de conducir desordenadamente. La inmadurez, ignorancia sobre las leyes y la falta de moral y ética se desborda todos los días junto a la basura y las calles inundadas. Esta ciudad está enferma y nosotros somos su mal. Practicar estos valores y virtudes a diario es parte de la sanación.
Creo que con estos he cubierto los más principales a ejercitar en un tranque, si conocen algún otro valor o virtud que se preste para estas calistenias humanas, no duden dejar su observación en los comentarios.